lunes, 14 de enero de 2013

José Acasiete «Nadie muere en la víspera sino en el día»


El popular "Mago" sufrió un ACV (Infarto cerebrovascular)
José Acasiete es uno de esos personajes entrañables en la comunidad peruana, querido u odiado, pero nunca inadvertido. Nuestr...
o amigo ha conocido de cerca la muerte. El pasado domingo 23 de diciembre sufrió un Infarto cerebrovascular, o simplemente ACV. El "Mago" la ha sacado barata, y se podría decir que ha sido una desgracia con suerte, porque uno en un millón es la estadística de los que se libran de las secuelas de esta terrible enfermedad que anda de moda por estos tiempos llevándose a la gente al más allá, o, en el mejor de los casos los que las padecen sufren de parálisis o quedan discapacitados o en estado vegetal para el resto de sus vidas. Acasiete está lúcido, vivito y coleando como pez en el agua.
Este moreno nacido en Barranco, según relata, el día domingo 23 estaba durmiendo la siesta ya que el trabaja de noche como encargado en un hotel, sin embargo su sueño fue interrumpido porque le entraron ganas de vomitar, cuando se levanta siente mareos y no puede sostenerse, para colmo sus señora e hijos habían salido a casa de un familiar para organizar la Noche de Navidad. Acasiete logra salir a la calle y cuando quiere tomar un taxi para ir a un hospital cercano se cae desmayado. Por suerte vecinos que pasaban por ahí lo reconocieron y llaman a la ambulancia, es trasladado al hospital Ramos Mejía, y luego de hacerle varios estudios lo derivan a una clínica de su obra social, en este caso el sanatorio Guemes. Ahí ha estado internado tres días en terapia intensiva bajo la atenta mirada de los galenos, su pronóstico era reservado y su vida pendía de un hilo; sin embargo Acasiete empieza a evolucionar favorablemente y luego de todo tipo de estudios realizados, los médicos deciden trasladarlo a consultorios externos, donde ha estado dos semanas hasta que el pasado martes le dieron de alta.
Según nos cuenta José, los médicos le dijeron que si él seguía durmiendo hubiera fallecido de un infarto, por eso, cuando estaba en terapia intensiva era despertado constantemente porque si dormía profundamente podría sufrir un infarto, lo que hubiera sido fatal.
Acasiete, que está próximo a cumplir los 60 años (en marzo), tiene una trayectoria que habla por sí sola de su vida artística: ha derrochado su arte como músico (percusionista, cajonero) integrando el elenco de la popular cantante Fetiche (Rosa Palma Gutierrez) eximia cantante de música criolla y valses peruanos muy recordada en Argentina y México, más que en Perú. Con Fetiche Acasiete recorre gran parte de América Latina. José Acasiete también es uno de los fundadores de la Hermandad del Señor de los Milagros en Buenos Aires, como aliancista ha organizado homenajes a los caídos del avión Focker donde murió el plantel de Alianza Lima en el mar de Ventanilla. Ha formado su agrupación musical "Acasiete y su Perú-Afro". El Mago, como cariñosamente se lo conoce, también ha incursionado en el ámbito periodístico, su pluma se ha floreado en La Gaceta, El Sol del Perú, El Mundo, El Heraldo y tuvo su propio periódico llamado El Plebeyo, donde su pluma, que es tan sarcástica y socarrona como su propio autor –siguiendo el estilo periodístico del gran Sofocleto-, ha tenido como blanco de sus críticas la mala organización de la directiva del Señor de los Milagros en la década del noventa. Acasiete es un hombre de fe, pero no es un dogmático que acepta de buen grado las normas de la institución religiosa, todo lo somete a su juicio, y en ese sentido se ha trenzado en encendidas polémicas con los asesores espirituales y mayordomos de la Hermandad, motivo por el cual esta cofradía de hermanos lo considera un irreverente, un hereje y por tal motivo fue separado de la institución; es más, dicen que su caso llegó hasta el Vaticano, donde puso cabezón al mismísimo Benedicto XVI. Y las malas lenguas rumorean que el Negro murió y armó un gran alboroto allá arriba: cuando fue a visitar a San Pedro, el Padre de la Iglesia Católica lo reconoció, entonces le dijo que por hoy ya estaban todos completos; entonces Acasiete se cruzó de vereda y fue a visitar a Don Sata, quien al verlo llegar se agarró de la cabeza, entonces le dijo: “Acasiete, el horario ya está cerrado, somos estrictamente puntuales. No insista, acá hoy ya no entra nadie más”. Entonces el Mago regresó a la tierra por donde había subido.
Quien se encuentra con José Acasiete sabe que tiene asegurado un momento agradable lleno de jocosidad, pues el Mago es uno de esos últimos palomillas que andan sueltos por ahí despotricando su buen humor, pertenece a esa estirpe de limeños mazamorreros a la vieja usanza, es decir, dicharachero, con la chispa a flor de piel, su hilarante conversación transcurre llena de carcajadas, tiene ese ingenio para hacer bromas y sacar de la galera cada ocurrencia graciosa que solo a él lo puede inventar dejando, muchas veces, mal parado hasta a sus propios amigos de reunión, y hasta se ríe de él mismo con su humorada, porque su genio puede más que él. Lo comprobé, una vez más, cuando fui a visitarlo al Sanatorio Guemes, herido y todo como estaba departí una plática amena y agradable como cuando te lo encuentras de casualidad en los pasillos de la colectividad (o sea las calles de Once y Abasto). Al despedirme Acasiete me dice, “Así es Carlos, nadie muere en la víspera sino en el día, ponga esto en el periódico, y dígale a mis contrarios que hay Acasiete para rato. Y a mis amigos déjele mi teléfono para que me llamen: 15-6722-6528". Es él, no hay duda. Simplemente, El Mago José Acasite. Desde aquí deseamos su pronta recuperación para un amigo de esta casa editora.