domingo, 31 de mayo de 2009

El sueño de la Casa Perú en Buenos Aires


LA OTRA ESQUINA
Por Carlos Gallardo Guarniz
El sábado 17 de mayo el Consejo de Consulta, conjuntamente con el CEPE (Centro de Estudios Peruanos en el Exterior), realizó un Encuentro de la Colectividad bajo el misterioso título de Fijación de prioridades de la población peruana en Buenos Aires, actividad que tuvo escasísima concurrencia de público y poca repercusión al punto que, si no hubiera sido por el periódico Bitácora Peruana –único medio que estuvo presente y publicó al respecto, salvando capote de la orfandad periodística- el encuentro hubiera pasado inadvertido, sin pena ni gloria.
El estrepitoso fracaso de la reunión, a mi modesto modo de entender, y espero que no se enojen los amigos que he ganado en el CEPE y Consejo de Consulta, que en algún momento me invitaron y participé de dichas reuniones, ha sido la ambigüedad que hasta último momento primó en sus organizadores, es decir, no sabían si hacer un Encuentro Cultural, Social o presentar en sociedad lo que a esta altura ya es un secreto a voces en la colectividad, el proyecto que vienen elaborando hacia la tan ansiada Casa Perú, un viejo anhelo de los peruanos que ha ido pasando de generación en generación sin que hasta la fecha se haga realidad el sueño de tener un lugar, un espacio físico que represente a los peruanos en Buenos Aires, y eso que ya sumamos unos 300 mil.
Tal vez el error, involuntario, de este voluntarioso grupo humano que ante pronóstico adverso, contra viento y marea tozudamente se han empecinado en llevarlo a cabo es que sus reuniones, hoy por hoy, se vienen haciendo en secreto, casi clandestinamente en la casa del extinto Humberto Pérez Falcón, fundador del Movimiento de Acción Nacionalista Peruano (MANPE) y que a raíz de su muerte su propiedad se encuentra en juicio. Desde estas páginas hacemos votos para que las reuniones se realicen en otro lugar, por obvias razones y además porque don Humberto, ese viejo zorro de la política conocedor de sus mañas y cucañas, y que tuve el gusto de conocer, fue un amante empedernido del Perú y hombre que en sus noches de desvelo caviló e hilvanó incansablemente ideas por un país mejor, era querido por muchos compatriotas por la corriente nacionalista que abrazaba, pero también era resistido, por estas mismas ideas, por otro gran número de connacionales.
Si nos remitimos a la historia reciente recuerdo que en las pasadas elecciones presidenciales en Perú, aquí en la colectividad Iván Quintanilla, quien decía ser representante del Partido Nacionalista Peruano en la Argentina (tal cargo también se adjudicaba el estratega Ricardo Guzmán Cevallos), sin desparpajos pregonaba a los cuatro vientos sus actividades –de índole proselitista- en la mal llamada "Casa Perú". Al concluir las elecciones y al ser Humala derrotado, del mismo modo en que hizo su abrupta irrupción en la colectividad, así también de la noche a la mañana desapareció Quintanilla y con él su canto de cisne de la Casa Perú. Por aquel entonces, para no ser menos, el doctor Jorge Pineda Alvarado, Secretario General del CRAEX en Buenos Aires cometió el mismo error. Con su excelsa retórica y al mejor estilo de los políticos demagogos peruanos, el psiquiatra de profesión prometió el oro y el moro a la colectividad si el APRA salía vencedor en las elecciones presidenciales, La Casa Perú era su canto de sirena. Incluso Pineda al igual que el resto de compañeros, luego del triunfo de Alan García, cual bandada de palomas enrumbaron a Perú, dizque, con voluminosas carpetas de proyectos bajo el brazo. Hasta la fecha poco y nada de lo que prometió el Secretario General del CRAEX en Buenos Aires se ha cumplido, todo lo contrario el partido de la estrella en la capital argentina atraviesa por un desmembramiento de sus integrantes y constantes enfrentamientos de dimes y diretes entre sus distintas células y agrupaciones que se han formado.
Como vemos, a través de este breve repaso a los acontecimientos recientes de la colectividad, el sueño de la Casa Perú ha tenido una alta cuota de fanfarronería en sus mentores, y ha sido utilizado para intereses partidarios de sectores de la comunidad. No ha habido un proyecto claro y serio al respecto donde verdaderamente sea un lugar representativo, un nexo de unión entre los peruanos; donde, por ejemplo, las distintas escuelas y grupos de danzas peruanos tengan un espacio dónde ensayar, donde periódicamente haya campañas de salud a través de los numerosos médicos peruanos que hay, donde exista una voluminosa biblioteca que esté a la altura y acorde a la rica historia de nuestros escritores, donde se realicen foros, reuniones, debates y un sinnúmero de actividades que difundan la cultura del Perú en los peruanos, hijos de peruanos y para la sociedad argentina.
Señores del CEPE y Consejo de Consulta la Casa Perú requiere el concurso de todos los peruanos para su cristalización; autoridades, organizaciones, instituciones, todos los distintos partidos políticos que hay en la colectividad deberían cerrar filas y trabajar conjuntamente en pos de este viejo anhelo dejando de lado cuestiones partidarias.
No quiero ser el agorero ni aguafiestas de la Casa Perú, pero si persisten en el viejo derrotero que han seguido sus antecesores fracasarán de la misma manera. Por ahora, este nuevo grupo humano ha empezado a tramitar la personería jurídica, todavía falta mucho pan por rebanar, por el bien de su futuro esperamos que sus próximas reuniones sean de convocatoria y puertas abiertas hacia el resto de compatriotas.

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