LA OTRA ESQUINA
Por Carlos Gallardo Guarniz
No se entiende por qué ciertos periodistas pretenden bastardear la conferencia de prensa que brindó Eva Bartra, la mamá de Vanina, en la sede del consulado peruano en Buenos Aires el pasado viernes 4 de enero. ¿Cómo se puede catalogar con el epíteto de “seudo” a una conferencia donde el propio cónsul Marcos Núñez Melgar participó y fue uno de los conferencistas –junto a Eva- en representación del Estado peruano? Que Eva, junto a sus allegados y amigos, lo hayan convocado dos días antes no es excusa. Si por diferentes motivos no se pudo ir, está bien, a fin de cuentas muchos periodistas tienen otras ocupaciones. Lo malo está en pretender desconocerla con el objetivo, claramente, de perjudicar a quienes lo convocaban.
Los periodistas y comunicadores que trabajan en radio Master sabrán por qué no han ido, pero yo les informé anteladamente el día jueves en una comunicación telefónica que tuve con el señor Miguel Vega en el programa “Masterizando Éxitos”, que conduce al mediodía y que este conocido locutor ha tenido la gentileza y la deferencia hacia mi persona para cederme un espacio de 25 minutos, aproximadamente, en las sintonizadas ondas de esta emisora peruana.
Hay comunicadores, que en su afán de perjudicar a sus enemigos, movidos por la ira y el rencor, no escatiman en afectar a terceras personas que no tienen nada que ver en sus entuertos personales. Eva, y en consecuencia Vanina, son víctimas de esta insanía. Qué va a pasar con el dinero que se recaudó en las colectas y actividades solidarias que se organizó a favor de Vanina es el trasfondo de la cuestión en el que evidencian sus verdaderas intenciones de dejar en el aire la malicia de que Eva se quede con esa plata. No tienen escrúpulos en manifestarlo. Cuando todos estamos celebrando junto a Eva que el Estado peruano se haya hecho cargo del costo de un millón y medio de dólares que demandará el trasplante de médula ósea de Vanina en una clínica de Miami, en Estados Unidos, y ése ha sido el motivo por el cual esta abnegada madre, que sabe Dios las mil y una desventura que ha tenido que pasar hasta conseguir esta ansiada meta, ha sido lo que la motivó a dar esta buena nueva a la comunidad; y como ya lo digo el propio Cónsul, quien también tuvo palabras de agradecimiento por el esfuerzo y trabajo solidario de los peruanos en Buenos Aires: “la parte logística y económica ya está, la primera parte se ha cumplido, pero ahora falta la cuestión médica y ver la compatibilidad ciento por ciento del donante” (en este caso hay 3 personas que, según los estudios de compatibilidad, uno de ellos podría ser el donante que necesita Vanina).
Eva ha querido celebrar junto a la comunidad peruana esta grata noticia, por eso luego de haber obtenido las visas para viajar a Estados Unidos, al fin sintió que tenía que darle las gracias a todos aquellos que de alguna u otra manera han estado junto a ella dándole una contención, un aliento, una esperanza para no bajar los brazos ante su desesperación por salvar la vida de su hija; por eso cuando Orfa Pérez –actual consejera y que, al igual que muchos, se remangó la camisa para ayudar en lo que haga falta en la campaña de Vanina- quien fue la persona que dio la apertura en esta conferencia, cuando le cede el micrófono para hablar a Eva, esta madre coraje lo primero que hace es dar las gracias al Estado peruano y a la comunidad peruana, a todos los que la apoyaron. Y conforme iba elucubrando sus palabras uno veía como su rostro se encendía de alegría. Eva estaba feliz, casi no lo podía creer, después de tantos años de lucha (9, que es la edad que tiene Vanina, pues esta rara enfermedad del síndrome de Kostmann, que con un simple resfrío le puede ocasionar la muerte, los médicos le detectaron a los 6 meses de nacida), ahora tiene la posibilidad de llevar a cabo esta delicada operación que parecía un sueño utópico dado el oneroso monto económico de la intervención quirúrgica.
Hay que decir, además, que no solamente Vanina, sino que el Estado peruano ha gestionado los trámites para que sean en total 5 menores de edad, de escasos recursos económicos, que sufren de graves y raras enfermedades los beneficiados con este convenio entre el Ministerio de Salud del Perú y el Hospital Jackson Memorial de Miami; lamentablemente se supo que uno de esos niños seleccionados, Mishelle Adjani Jaime, como consecuencia de su penosa enfermedad su cuerpito no resistió y falleció el día sábado, un día después de la conferencia.
Así Eva iba contando a la comunidad sus periplos hasta llegar a esta instancia, emocionada, una y otra vez, han salido de su boca palabras de agradecimiento para el presidente Humala, para el cónsul Hugo Pereyra, para los doctores Garavito, Murillo y demás médicos que trabajaron ardorosamente para la firma de este convenio, como así también para la colectividad peruana en Buenos Aires, comunidad que estuvo junto a ella en todo momento y que no solamente le brindó contención psicológica sino que la cobijó en sus brazos y la hizo sentir que su lucha era la lucha de todos, como una gran familia que le abrió las puertas de su corazón y se compadeció de Vanina al verla tan indefensa, tan a expensas de la muerte a tan temprana edad. Y la colectividad, en un gesto sin precedentes de solidaridad, recabó una importante suma de dinero en varias campañas solidarias, en ese entonces se hablaba de cerca de 50 mil dólares; sin embargo, un error de Eva ha sido mantener ese dinero en una cuenta en pesos, con lo cual, debido a la devaluación que sufrió el peso argentino en todo este año, me temo que ese dinero para cambiarlo a dólares hoy en día su valor se ha reducido drásticamente.
Esta admirable madre, luchadora, que se ha interiorizado conociendo detalladamente la enfermedad de su hija, y que cuando habla da la impresión que se está escuchando a una médica especialista en la materia, tuvo palabras para quienes le pusieron –y le siguen poniendo- piedras en el camino, a esos críticos escépticos de las campañas solidarias les contestó con el corazón, con su dolor a cuestas les habló sin rencor diciendo que sus críticas le enseñaron a no bajar los brazos, y les tapó la boca dejándoles esta sentencia “Una vida no tiene precio”.
Ese periodismo que se ufana de paladín de la justicia, y que ha levantado su voz triunfante especulando con el dinero obtenido en las campañas solidarias, debe andar por ahí rasgándose las vestiduras porque no ha tenido siquiera el decoro, el pudor de la prudencia para hacer sus conspiraciones con el dinero en otro momento, si no que ya se adelanta maliciosamente sembrando la desconfianza en el público, actúa como el diablo metiendo la cola para arruinarle este momento emotivo a Eva y a todos aquellos que desde un primer momento hemos estado apoyando en esta causa por la vida de Vanina, y vemos que a través de esta concreción de la operación se abre una luz de esperanza para que esta pequeña pueda llevar una vida normal. Que Dios las siga acompañando Eva.
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