jueves, 2 de abril de 2009

El Manpe juega a dos puntas




LA OTRA ESQUINA
Por Carlos Gallardo Guarniz

A tres años de la muerte del líder nacionalista peruano en la Argentina, Humberto Pérez Falcón, la doctrina que diera a luz su pensamiento político, el Manpe (Movimiento de Acción Nacionalista Peruano) atraviesa por una situación de dicotomía entre sus correligionarios en Buenos Aires; así es, resulta que ahora hay dos facciones que se atribuyen la potestad de este ente político, y, por cierto, no se han quedado de brazos cruzados, todo lo contrario, cada uno por su lado han realizado ya sus primeras actividades por separado, y éstas han tenido que ver con las ceremonias eclesiásticas por el aniversario del fallecimiento del fundador del Manpe, realizadas los días 21 y 22 de marzo respectivamente. Pero este sería un dato menor –políticamente hablando, claro- si tomamos en cuenta este otro dato: ambas agrupaciones disidentes también han llamado a elecciones para elegir a sus respectivas autoridades en la Ciudad del Tango.Las elecciones se han llevado a cabo, según reportes periodísticos, notas de prensa y amables invitaciones a participar de la misma a nuestra mesa de redacción, los días sábado 14 y domingo 22 de marzo, habiendo resultado airosos de las respectivas contiendas electorales –democráticamente, según los reportes- por un lado el señor Francisco Fiestas, abogado de profesión, y por el otro lado su tocayo, el señor Francisco Azarte, empresario peruano. Ambos, jóvenes, y además, diría, de regular a buena reputación en la colectividad, se han proclamado con modestia pompa honorables presidentes del Manpe en esta ciudad, y es más, ambas flamantes autoridades han prometido a sus seguidores trabajar denodadamente en pos de este movimiento para que sus ideales no decaigan, por el contrario, contagien y animen a otros compatriotas a abrazar los ideales nacionalistas del Manpe, para ello han pedido el apoyo y la colaboración de los manpistas en la Argentina, en su carrera por lograr el caro anhelo de elevar a este joven movimiento político al estatus de partido político (les hace falta presentar una buena cantidad de formas ante el Jurado Nacional de Elecciones, JNE, y en esas diligencias están trabajando)Si bien es cierto los manpistas en esta ciudad no son muchos, pero también es cierto que en los últimos años su doctrina nacionalista ha ganado adeptos y simpatizantes a su causa en Buenos Aires, sobre todo a raíz de la muerte del patriarca Pérez Falcón, que al trascurrir los años su nombre se va transformando en una suerte de mito para las nuevas generaciones de peruanos en el exterior debido al gran amor por el Perú expresado en una doctrina donde se resalta y valora el sentir y la identidad peruana.Pero al Manpe le está sucediendo lo mismo que le sucede al Apra en Buenos Aires, a la Agrupación Luis Alberto Sánchez (ALAS), a Mujeres Peruanas Unidas, Migrantes y Refugiadas (MPUMR) –por citas algunos ejemplos tomados al azar- y probablemente a cuanta institución o agrupación de peruanos se conforme: nuestro marcado protagonismo personal narcisista, nuestra poca vocación por el consenso, el entusiasmo anodino por la discrepancia y la envidia tiñosa que nos corroe como principales defectos de provenir de una sociedad económicamente bipolar y socialmente racista. El Manpe no está vacunado contra estas enfermedades que yacen en el fondo del alma de la mayoría de los peruanos.Por lo tanto, el ingeniero Lombardo Mautino Ángeles, líder del nacionalismo manpista y actualmente reelecto alcalde de la ciudad de Huaraz, que a propósito, leo en Internet recientemente ha sido distinguido en Trujillo con la Medalla de la Ciudad entregada por el alcalde de la Capital de la Marinera, César Acuña Peralta, tendrá que, por un lado obrar con buen tino para capitalizar el auge de este sorpresivo crecimiento de adherentes y simpatizantes a las filas manpistas, y, por otro lado, está llamado a ser el bombero que apague las llamaradas de la crisis que se ciernen sobre el movimiento que él lidera. Para ello debe consensuar con ambas facciones dirimiendo lo más pronto posible estas asperezas que constituyen una piedra en el zapato para trabajar de manera conjunta por el futuro de un movimiento político que todavía está en pañales, pero que, tropezones a cuestas viene creciendo silenciosamente en el Perú.

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