lunes, 6 de abril de 2009

Homenaje a la Madre Inmigrante en Buenos Aires



Por Carlos Gallardo Guarniz
El segundo domingo de mayo, como se sabe, en Perú y en muchos países del mundo se celebra el Día de la Madre, y, más allá de que últimamente esta fecha se ha convertido en una actividad comer-cial, representa una oportunidad más, ya que todos los días debemos expresarle nuestro amor y cariño a la autora de nuestros días y no esperar una fecha al año para darle las atenciones que se merecen por todo lo que dieron y siguen dando por nosotros; considero oportuno –y más allá de que la madre es un ser único, un tesoro invaluable- hacer una distinción especial, al César lo que es del César, a una raza de madres que está por encima del resto: son las madres inmigrantes, aquellas valerosas mujeres que se ponen al hombro a la familia y parten al extranjero con su sufrimiento, con su dolor a cuestas pero con el objetivo bien claro: sacar adelante a los suyos, por el futuro de sus hijos y de su familia y, más tarde, por qué no, traerlos a su lado. Por acá las podemos ver con su traje de empleada doméstica refregando pisos en casas aristocráticas, también desempeñan labores como auxiliares enfermeras en los hospitales públicos y sanatorios o clínicas particulares; allí están con su rostro sonriente repartiendo volantes en las calles del once y abasto; otras veces las encontra-mos al frente de sus comercios que se han labrado con el sudor de su frente, fruto de su esfuerzo y trabajo; las vemos los fines de semana, dándose un tiempo para el respiro, atiborradas en los locutorios hablando por teléfono a sus seres queridos; allí las vemos en un rincón doblegándose, llorando sus sufrimientos por la distancia y los pesares propios del inmigrante, allí las vemos recomponiéndose, secándose las lágrimas, sacando fuerzas de flaqueza, haciéndose fuertes como un roble, avanzando a pesar de los quebrantos y las piedras en el camino para cumplir con las metas que se han trazado; que el camino es largo y empinado, lo saben, pero hay que llegar a la meta de salir de la pobreza. También las hemos visto este fin de semana que pasó, acompañada de familiares o amigos yendo a comer a algún restaurante de la colectividad, cuyos locales gastronómicos, como ya es costumbre, han sido especialmente decorados para la especial ocasión y en la mayoría ha habido sorteos de canastas y premios sorpresa. En la colectividad se han hecho tres homenajes a la madre que vale la pena mencionar por el esfuerzo de sus organizadores: por un lado la empresa Tres Cruces Produc-ciones de nuestro amigo Vitucho, locutor de radio Máster, FM 96..9 a la sazón voz líder de su orquesta La New Band Salsa, presentó un espectáculo cuyo atractivo espe-cial era la actuación de artistas llegados desde el Perú como los boleristas Johny Farfán y Guiller y el cómico Néstor Quinteros, además de nuestros "locales" y ya consagrados Coco Torres y Silva-na Moreno. De otro lado, Produc-ciones Tardillo, del entusiasta y emprendedor Javier Tardillo ofreció una constelación de arti-stas de la colectividad para rendirle un homenaje a la madre en su día, el evento incluyó sorteo de pasajes a Perú y canastas alusivas a la fecha donadas por la empresa de envíos de dinero Argenper. La nota de color en esta actividad la puso el arequipeño Emilio Calde-rón, que para sorpresa de propios y extraños hizo su debut como cantautor con dos temas de su cosecha, inspirados en el Misti y en la Ciudad Blanca de sus amores. A su vieja y ya conocida faceta de periodista el characato ha sumado una nueva vocación: el canto, que a juicio de los presentes y según comentarios recogidos, el director de Gaceta del Perú no desentonó, más bien entró con el pie derecho en el ajetreado y ancho mundo de los artistas del canto, donde tendrá que ganarse, con méritos propios, su espacio. La Asociación Luis Alberto Sánchez (ALASS) no se quedó atrás, y como ya es una sana costumbre de esta institución realizar actividades en fechas significativas para los peruanos, también se puso a tono y festejó el día de la madre con una fiesta en Perón 3390 que incluyó potajes típicos, sorteos de canastas y pasajes a Perú, y, por supuesto presentación de artistas peruanos, destacándose, en esta ocasión, el arte soterrado del baile que nos tenía guardado el conocido odon-tólogo de la colectividad Víctor Galarza, quien bailó la mítica tunantada, una danza legendaria que se remonta a la época de la colonia y representa una sátira al conquistador español. Este baile es oriundo de Jauja, la tierra natal del mandamás de la odontología Santa Rosa de Lima en Buenos Aires. Cuentan que un descono-cido Galarza se lució como pocos demostrando innatas destrezas para este baile que requiere de mucha preparación y agilidad en sus movimientos, y que se luce con vistosos y coloridos trajes. Desde este rincón me sumo a esos bien merecidos homenajes, y vayan mis saludos a esas esforzadas madres y mujeres de temple que son sinónimo de trabajo, esfuerzo y progreso.

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