LA OTRA ESQUINA
Por Carlos Gallardo Guarniz
El pasado miércoles 29 de agosto, el restaurante La Conga (La Rioja 39), celebró su décimo aniversario ofreciendo una gran recepción a sus trabajadores. El agasajo se realizó a partir de las 15 en el local del restaurante El Portal Incaico, donde los trabajadores disfrutaron de una fiesta inolvidable llena de sorpresas, diversión y emociones.
Ocasiones como ésta no se celebran cada día y, por ello, de la mano de sus propietarios; José, Paula y su hija Rosa, el restaurante La Conga decidió festejar su cumpleaños número 10 ofreciendo un almuerzo show a sus trabajadores. El artista Wilber Soto, un viejo amigo de la casa, se calzó el traje de maestro de ceremonia y abrió la jornada conmemorativa haciendo una breve remembranza del sacrificio y empeño que le han puesto sus propietarios, desde sus inicios hasta hoy, para hacer de su actividad diaria un loable esfuerzo por construir una empresa peruana en la Argentina.
Minutos después la emoción embargó a los trabajadores a la hora de realizarse el brindis de aniversario y soplar las velas de una inmensa y colorida torta que daba cuenta de estos 10 años de vida. Y cuando digo trabajadores también me refiero a sus propietarios, y cuando quisieron hablar para decir algo por su décimo aniversario no pudieron decirlo con palabras; ya sus gestos, ya sus rostros llenos de lágrimas y conmocionados por el momento hablaron por sí solos de lo que significa en la vida de ellos haber empezado desde abajo, sin nada, y hoy llegar a ser lo que son, uno de los locales gastronómicos de la colectividad más concurridos donde todos los días, a excepción del miércoles por descanso, cientos de compatriotas –y también argentinos y turistas- acuden hasta sus instalaciones para disfrutar de las exquisiteces de la comida peruana.
Por eso José, doña Paula, Rosa, Franco, Meche, Rocío, Chochito y demás no pudieron contener las lágrimas, porque sólo ellos, que han vivido en carne propia esta experiencia, saben que la travesía desde sus comienzos a la fecha no ha sido nada fácil. Y ese enorme sacrificio que ha valido la pena y ha dado sus frutos en éxito comercial sólo se ha podido conseguir con la unión, con esa amistad y confianza que se logra con un trato cordial y amistoso que se brindan entre los propietarios y los trabajadores como si todos fueran integrantes de una misma familia. Y lo son, no hace falta ser adivino para darse cuenta del buen clima que ahí se respira, de la buena relación que existe entre la administración y los 40 empleados.
Y eso la misma Rosa Valverde lo testimonió con sus propias palabras: “Yo me preocupo por saber si les pasa algo a los chicos, si tienen problemas. Y les hablo porque los quiero, porque para mí son como mi familia, y por eso tenemos gente que trabaja con nosotros desde muchos años, desde que nos iniciamos, porque se han encariñado con nosotros, porque se sienten bien. Aquí todos somos trabajadores” sentenció.
Pero la jornada conmemorativa continuó su curso, y mientras la chef Iris Mendoza nos deleitaba los paladares con la comida, que incluyó, de entrada, tiradito de salmón rosado en crema de rocoto; como plato principal cordero al horno con plátano y batata (camote), y como postre frutilla a la crema; llegó el momento de los premios y reconocimiento a los trabajadores: así por ejemplo, recibieron regalos Meche, Rocío, Chocho, María, Julio, Samuel, Rambo, Sergio; pero antes de llevarse el premio el bolerista Wilber Soto amenazó que no se la llevarían tan fácil, y, de acuerdo a su gusto, elegían entre bailar, contar un chiste o cantar. Y así el resto de compañeros de trabajo gozó viéndolos desenvolverse en esas facetas poco conocidas. Luego, entre los trabajadores se sorteó un premio sorpresa que se lo llevó Verónica, una chica boliviana que trabaja desde hace 6 meses en La Conga y, antes de llevarse el regalo, para no desentonar con el resto de sus compañeros, se despachó de lo lindo bailando un zapateadito huayno.
La velada aniversario continuó con el show musical de Wilber Soto y sus dos invitados especiales salidos de las canteras del restaurante Portal Incaico: Solcito, la Princesita de Portal Incaico (retoño de Iris Mendoza), y de la peña de El Rey del Bolero, Elvis Soto, hijo de Wilber Soto que hicieron bailar de alegría al público presente (trabajadores y sus familiares).
Y todo lo que he vivido en este décimo aniversario confirma lo que ya sabía de antemano de sus propietarios, oriundos de las entrañas de la sierra liberteña (de esa tierra pródiga en escritores universales como César Vallejo y Ciro Alegría): es que el éxito comercial no los ha mareado, ni el humo se les ha subido a la cabeza; todo lo contrario, mantienen el mismo trato cordial y amable que les caracterizó cuando empezaron trabajando en el local del primer piso; y abajo, en planta baja, donde hoy es el salón de comidas de La Conga y antes fungía ser un boliche bailable donde Wilber Soto y otros artistas de la farándula peruana deleitaban al público con lo mejor de su repertorio, y donde José y Paula junto a sus hijas Rosa y Ana hacían las veces de cajeros, de mozos, de cocineros, de lavacopas, en fin. Eran otras épocas, claro, pero siempre se esforzaron por salir adelante, por dar lo mejor a su clientela cuando el éxito no les sonreía, cuando todo se hacía cuesta arriba.
Hoy, el local de comidas, para atender la gran demanda de público cuenta con 5 cocineros que se reparten la cocina, cada uno en su especialidad, para elaborar pescados y mariscos, la amplia variedad en platos criollos, comida china o chaufa, los plato del día (menú) con sus respectivos ayudantes de cocina; asimismo, el sector de pollos a la brasa tiene a un personaje muy querido de la Casa, el ponderado amigo Chochito, quien conoce los secretos mejor guardados para la elaboración de este plato emblemático que los peruanos podemos disfrutar de sus sabores como en nuestra tierra gracias a las manos hacendosas de este amo y señor del horno pollero en La Conga.
En la amena reunión con los periodistas –también estaban Diana Flores y Rosy Paico, esta última colega de Cholo con Che-Rosa nos cuenta que siempre está atenta y presta mucha atención cuando los mozos le devuelven del salón un plato de comidas a la mitad o casi lleno. Se acerca a ellos y les dice ¿qué pasó? Los mozos tienen instrucciones de tomarse atribuciones para preguntarle al público comensal por qué la comida no fue de su agrado, y según la respuesta trabajan con el cocinero para mejorar en la elaboración de ese plato. La Conga se caracteriza por tener una buena oferta de precios y platos generosos, pero también porque sus platos mantienen el auténtico sabor peruano, o sea brindan al público calidad y precio. Además, el local cuenta con un soporte de 2 cámaras frigoríficas, van 3 veces a más por semana a hacer las compras para los insumos que les demanda la gastronomía; los empleados están divididos en 2 y hasta 3 turnos; el primer turno entra a las 6 y 7 de la mañana, y luego los del mediodía a partir de las 13, y también hay un turno de noche.
Muchas felicidades amigos de La Conga, los éxitos son merecidos, gracias por haberme invitado a compartir con ustedes este aniversario.¡salud por estos primeros 10 años!
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