martes, 11 de diciembre de 2012

Unidos por la fe, y la limpieza


LA OTRA ESQUINA

Por Carlos Gallardo Guarniz


La directiva de la Hermandad del Señor de los Milagros en Buenos Aires ha decidido tomar el toro por las astas respecto al tema de la basura y de los ambulantes que, año tras año, se han convertido en un dolor de cabeza para los hermanos no habiendo forma de controlarlos ya que cada año, lejos de mermar en su número, los ambulantes se multiplican mezclándose con los fieles alrededor de la procesión. Vanos intentos se han hecho en años anteriores, pero también hay que decirlo, no se ha tomado la seria voluntad de encarar esta situación. Este año las cosas parecen ser distintas, pues para tal efecto el mayordomo general José Telenta y el secretario de organización Fidel Ato, convocaron a una conferencia de prensa el día 26 de septiembre en la sede de la Hermandad (iglesia La Piedad, Mitre y Paraná) para dar a conocer la organización del mes morado y la procesión del Cristo Moreno a realizarse el próximo domingo 28 de octubre por las calles de Buenos Aires; en dicha reunión con los hombres de prensa se puso énfasis en querer realizar una procesión limpia, y para ello ya está trabajando un grupo de voluntarios que se han unido a la directiva de la Hermandad con el propósito de colaborar en esta causa. Se trata de un grupo de compatriotas que ya tienen experiencia en esta labor, me refiero al colectivo “Elecciones Limpias”, que colaboraron eficazmente con el Consulado en la organización y en la limpieza de las elecciones presidenciales en segunda vuelta (junio de 2011). Su mismo patrocinador, Emilio Calderón, director de Gaceta del Perú, es el que ahora promueve este grupo de apoyo que se ha denominado “Unidos por la Fe”. Este ejército de voluntarios viene sosteniendo reuniones con la directiva de la Hermandad a fin de elaborar un plan de trabajo para que, al paso de la procesión, no quede ese vertedero de basura producido por esa mala costumbre de algunos –o tal vez muchos peruanos- de tirar a la calle los residuos de comida o la papelería de propaganda publicitaria que se distribuye ofertando uno y mil productos como si las veredas fueran un contenedor de basura al aire libre. Estos malos hábitos de los peruanos se ve reflejado como en un espejo en la procesión, donde a los creyentes les parece algo normal esta conducta de arrojar los residuos en las veredas porque nadie les dice nada, y sólo se podrá erradicar esta costumbre haciendo énfasis y campañas de educación para concientizar a la ciudadanía de que los desperdicios se tiran en los contenedores de basura; en fin, ya el hábito hecho costumbre –para bien o para mal- resulta muy difícil de erradicar en las personas, por eso la Hermandad ha decidido hacerle frente y para ello está solicitando el apoyo de la comunidad.
El llamado es principalmente a las empresas y organizaciones e instituciones de la colectividad para que se sumen en esta gesta por la limpieza. Así el grupo Unidos por la Fe principalmente requiere de 3 mil bolsas, 110 escobas, guantes y una movilidad para que ayude a trasladar los materiales por las calles porteñas donde haga su recorrido la procesión del Señor de los Milagros; también la convocatoria está abierta para aquellos voluntarios de a pie que se quieran sumar, se necesita unas 300 personas para ayudar en diferentes tareas para la limpieza.
A esta convocatoria, que es un grito desesperado de ayuda de la Hermandad y del grupo “Unidos por la Fe”, ya han respondido empresas como Argenper, que mandó a hacer los afiches del recorrido procesional, la Universidad ALAS Peruanas donó 300 polos o remeras para uniformar e identificar a los voluntarios; asimismo, la agrupación cultural Pukará ha puesto a órdenes de la Hermandad a un equipo de personas para colaborar en lo que sea necesario. Se espera que al correr de los días se vayan sumando más empresas para colaborar en esta campaña de limpieza durante el recorrido procesional.
Y con respecto a los ambulantes, la directiva de la Hermandad viene sosteniendo reuniones con algunos integrantes de agrupaciones de vendedores de la calle, los mismos que han mostrado voluntad de cooperar en la limpieza llevando bolsas de residuo para que allí depositen los desperdicios de comida los eventuales comensales. Hay que mencionar que la procesión no sería la misma sino estuviera acompañada por sus tradicionales dulces y potajes como el turrón, los picarones, tamales y anticuchos, por ejemplo. De modo que aquí de lo que se trata es de no erradicar sino de organizar a los ambulantes que expenden los platos típicos que son parte de la tradición del mes morado y de la procesión.
Por otro lado, la procesión del Señor de los Milagros es una de las manifestaciones religiosas de mayor expresión de los peruanos, convocando a una multitud de fieles todos los años en el mes de octubre, también conocido como mes morado por el hábito de este color que usan los fieles como atuendo en la procesión. Esta hermosa manifestación de fe del pueblo peruano se trasladó a la Argentina gracias a devotos que hoy ya no están entre nosotros, como Rosa Chabaneix, una de sus impulsoras –a quien tuve el gusto de conocer- que nos han legado esta devoción y que la ciudad de Buenos Aires nos permite realizar su culto como en nuestro país, por eso la responsabilidad de mantener limpia la ciudad que nos acoge es doble porque estamos en casa ajena, y debemos comportarnos como buenos huéspedes; sin embargo, en los últimos años la imagen que ha dejado la procesión ha sido cuestionada por el carácter comercial que ha estado teniendo, e incluso muchos fieles se han alejado no concurriendo a la procesión porque esta lejos de representar una manifestación de fe, predominaba el comercio ambulatorio y los fieles más pareciera que asisten a una pollada al aire libre como en una reunión social que a un devoción religiosa, porque hasta borrachos y todo se ha visto y cada vez en mayor número. Asimismo, los baños químicos no deberían estar ausentes, sino ubicados en lugares estratégicos.
En tal sentido resulta un acierto esta decisión de la directiva de la Hermandad del Señor de los Milagros de querer rescatar a la procesión de estos malos modales pueblerinos en que estaba cayendo y que ha sido la postal de los últimos tiempos en Buenos Aires. La procesión del Señor de los Milagros debe retomar el sendero de la fe, su espiritualidad, la fiesta del pueblo peruano expresada religiosamente, y para ello debemos trabajar y colaborar cada uno desde su lugar el día que acudamos a la procesión a profesar nuestra fe en el Cristo de Pachacamilla.
Y desde ya, para terminar, no estoy de acuerdo en que haya dos procesiones en Buenos Aires (una en Congreso, que este año alcanzará a las calles de Once, y otra en Flores, en derredor de la Plaza del mismo nombre. La procesión tiene que unir a los peruanos, no desunirnos en dos o más grupos antagónicos que comparten la misma fe en el Señor de los Milagros; y, las autoridades eclesiásticas, que deberían llamar al diálogo, no deben permitir estas divergencias, pero esto será materia de otro artículo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario